El concepto de funcionamiento del mercado de valores es bastante sencillo. El mercado de valores permite a los compradores y vendedores negociar precios y realizar operaciones.
El mercado de valores funciona a través de una red de bolsas; tal vez hayas oído hablar de la Bolsa de Nueva York o del Nasdaq. Las empresas cotizan sus acciones en una bolsa mediante un proceso denominado oferta pública inicial, u OPI. Los inversores compran esas acciones, lo que permite a la empresa obtener dinero para hacer crecer su negocio.
Los inversores pueden entonces comprar y vender esas acciones entre ellos, y la bolsa hace un seguimiento de la oferta y la demanda de cada acción cotizada.
Esa oferta y demanda ayudan a determinar el precio de cada valor, o los niveles a los que los participantes en la bolsa inversores y operadores están dispuestos a comprar o vender.
Los compradores ofrecen una “oferta”, o la cantidad más alta que están dispuestos a pagar, que suele ser inferior a la cantidad que los vendedores “piden” a cambio. Esta diferencia se denomina margen entre la oferta y la demanda.
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Para que se produzca una operación
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Un comprador tiene que aumentar su precio o un vendedor tiene que disminuir el suyo.
Todo esto puede parecer complicado, pero los algoritmos informáticos suelen realizar la mayor parte de los cálculos de fijación de precios. Al comprar acciones, verá la oferta, la demanda y el diferencial entre la oferta y la demanda en el sitio web de su corredor, pero en muchos casos, la diferencia será de centavos, y no será de mucha preocupación para los inversores principiantes y a largo plazo.
Históricamente, las operaciones con acciones se realizaban probablemente en un mercado físico. Hoy en día, el mercado de valores funciona electrónicamente, a través de Internet y de los agentes de bolsa online.
Cada operación se lleva a cabo acción por acción, pero los precios de las acciones en general suelen moverse al unísono debido a las noticias, los acontecimientos políticos, los informes económicos y otros factores.
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